Despedida final.

Despedida final.

Escrita por Damian H. Lio.

24/01/2013

Ingeniero Maschwitz.

Buenos Aires, Argentina.

Te escribo mientras las columnas de humo y fuego, se elevan al ahora oscuro y muerto cielo. Te escribo sabiendo que muy probablemente nunca leas esta despedida final. Todo pasó como había sido predicho por los grandes sabios.

Te fuiste sin mirar atrás, adonde yo me encontraba con lágrimas en los ojos. Tenía tantas cosas para decirte en ese momento, pero ninguna fue dicha. No, no miraste atrás, pero fue lo mejor. Tal vez aún guardo la ilusión de una lágrima tímida en tu mejilla, la cual no querías que viera.

El fuego poco a poco va consumiendo todo a su paso. Lo que alguna vez fue una viva y ruidosa ciudad, ahora es un cementerio de escombros calcinados. Mi refugio todavia soporta la temperatura, idéntica a la del interior de un volcán. Y aunque llevo puesto mi traje aislante, ya es insoportable el calor.

El fin de la tierra estaba llegando cuando todo falló entre nosotros. Siempre supimos que lo nuestro era difícil, pertenecíamos a mundos diferentes. Pero insistimos en el amor, ahora creo que fuimos demasiado rápido. Sin medir consecuencias, dejaste tu vida arriesgándolo todo por mí. Y yo solo me tenía a mí y un puñado de sueños, los cuales me ayudaste a cumplir poco a poco. Es por eso que ahora escribo esta despedida final, antes de que mi cuerpo se destruya en las llamas del infierno que me rodea. Quiero decirte que jamás quise lastimarte, pero lo hice. Destruí tu ilusión, tu mundo. Es por eso que no te culpo por irte sin mirar atrás, la decisión fue correcta para ambos.

Cuando el fin fue anunciado oficialmente, ya estabas en camino. Junto a tu familia y cientos de miles más. Mientras las naves se alejaban hacia los mundos más jóvenes de la humanidad, yo observaba desde mi refugio. Si esto que escribo, llega hacia ese nuevo destino en el cual el ser humano se embarcó, Te vas a dar cuenta que no te seguí, porque preferí que seas libre de encontrar esa persona que sepa darte lo que yo no pude. Ahora te voy a explicar por qué me quede en la tierra.

Cuando milenios atrás el sol cambio de color, todos sabían que el final era inevitable. Si bien la humanidad tenia donde refugiarse desde hacía siglos. La tierra siempre fue nuestro primer hogar, en realidad el suyo no el mío. Decidí quedarme a ver el final. Junto a mí unos cuantos locos más, cada uno tiene su propia motivación. Algunos envían lo que ven para su futuro análisis, otros como yo, simplemente tienen sus privadas razones. Poco antes de que te fueras, cometí el error de no decirte quien era yo en realidad. Y porque busque experimentar contigo, algo tan desconocido para mi como lo era el calor de tu cuerpo y de tu alma.

Si te hubiese confesado que no era lo que decía ser, tal vez me hubieses aceptado igual. Pero tuve miedo de perderte. Aunque la verdad es que nunca fuiste de mi propiedad. Mentirte fue mi gran error.

Gracias por darme tanto en tan poco tiempo, adiós mi amor.

Mis compañeros empiezan arder en llamas, te estoy enviando el mensaje. Mi cuerpo empieza a quemarse, mi carne se derrite y el calor es insoportable. Mi verdadera figura surge de entre las cenizas de mi cuerpo calcinado.

He renacido. Abro libre mis alas, y mi larga cola flamea entre los vientos solares. Mis grandes cuernos reflejan las llamas rojas de mi hogar, vuelvo a casa amor mio.

Aunque lo nuestro fue breve, me diste lo que nunca había conocido. Me diste tu amor, fuiste un ángel en mi vida. Pero los ángeles van al cielo, por eso debo quedarme, soy un demonio el infierno es mi lugar...